En la astrofotografía moderna, prácticamente solo se utilizan cámaras digitales. Estás mediante el efecto fotoeléctrico detectan fotones de luz y los transforman en información digital que se traduce en una imagen o fotografía.
Las cámaras que usualmente utilizamos en nuestros teléfonos móviles, cámaras fotográficas e incluso las cámaras que se utilizan en astrofotografía se dedican a captar y “acumular” luz del pequeño segmento del espectro electromagnético visible (en algunos casos, un poco más que solo el visible).
El ojo humano es capaz de ver entre los “350 y 750 nanómetros” (de frecuencia), o sea vemos solo un segmento comprendido entre el ultravioleta y el infrarrojo (no inclusives) de este espectro. El espectro electromagnético en su totalidad va desde los rayos cósmicos (segmento muy energético del espectro cercano a los rayos gamma y rayos x), hasta frecuencias extremadamente bajas (segmento con muy poca energía del espectro que está cerca de las ondas de radio). Algunas cámaras de uso aficionado pueden incluso llegar a parte del espectro infrarrojo y ultravioleta.
A continuación, se visualiza un gráfico donde en su parte superior se extrae y hace un “zoom para visualizar bien” el pequeño segmento que es capaz de ver el ojo humano, y en su parte inferior nos grafica el espectro electromagnético total, donde se ubica lo que nuestros ojos ven.