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EL UNIVERSO
          (vtetoa do ía  pagina  N* 3.  );             cia fué el matemático Eúdóxíé .('Í0S-i&5í>
                                                       a  de  C.  ): pero tampoco supo de*lig.#^
          Mientras descuidaba las observaciones d.3  -  del efecto imhédjátó de ía  percepción ,p:ór
          los fenómenos,  no era dable  ijsperar  un sis  ios 'Sentidos y  dé ésta tó'átíéré'C.réó''u^;,i^i-
          tema ásífonómicó perfecto.   Pero  algunas   téma  complicado  dé esferas giratorias,  céh,
          de sus 'concepciones  están estrechamente li  el  qué ciertamente podía représenlas  de.-.u-
          gadas  a la Astronomía de }as edades  poste  ña  manera satisfactoria ftis movimientos
          riores, que  no  pódenlos dejar  de mencionar  más extraños.  ■—•                 .  ...  -  -
          Tales son,  las  que presentan  los  vcuerpo^  También   debemos i»éttc¡#ñ4t 4Í l^iáf
          Cí-léstés como  éujetós  a mía ieríé dé esfe  grande de los  discípulos  de í*Iátóh, Aristó
          ras de cristaL, en  cuyo centro común se en*  teles :'(3&4-822 a  C.) porque  la fuerza é»
          cüéntrá la Tierra. En íá esfera exterior es-,  su  espíritu universal ha influido vppjévrpsa-
          tan Colocados los millares dé estrellas  fijas  menté éh  éípéhsáh^iéhtonmnano durante
           que tachonan. eí firmamento, mientras que   siglos- Más aún  qué Eudoxio, cuyas   hi
           el Sol,  la Luna  y  los Planetas tienen. sus  pótesis defendía con mucho ahinco. Aris
          esferas interioaes propias. Lalraraspareh'ela  I  tóteles hace constar el va/cir; }ie ía .ójbsér-
           dé todas Jas esferas es  'completa,  de mane  vación  y  de la  experiencia" frente a ía espe
           ra  que  loé cuerpos  comeados en las esferas  culación;  pero  su filosofía  no  logró  dar
           exteriores pueden columbrarse a través de   una  explicación ¡nuera de los fenómenos
           todas las interiores. Todas estas, esferas g'i-  astronómicos, ñi  pudó saber, lo mismo  que
          .tfjfti alrededor dé lá Tierra éñ 24 hrs., pro  Eudoxió, de, ías! esferas celestes. La Tierra
           duciéndose así la salida y puestea  de los as  supuesta esférica^ descansaba, según é\
           tros. Del rozamiento de las esferas entre   en el centró dei  mundo,, y  las  pocas obser
           sí ifesulta la «música oelestiaj»1 qué anima  vaciones' íkv le  guiaron  a resultados1 oías
           el*  espacio, pero que  es demasiado delica  exactos sobre el movimiento de fes  cu er*.
          da para  ser audible al ser humano.—         pos celestes.—                 ".
             Debemos  reconocer que  la teoría de las    El honor dé haber dadói a la Astronomía
           estrellas  ¡sujetas  a una esfera hueca de cris  el carácter de  ciencia, solo, 'se le  puede otor
           tal  era  muy natural, pues  a  aquellos  as  gar  ía  HiparcOí (190-125 a de  C); No sola
           tros se les veía dar vuelta alrededor deí la  mente  parace que sus observaciones fueron
           Tierra día tras  día; generación  tras  gene  hincho más  precisas que las de sus  prede-
           ración,  sin  que experimentasen  la  menor  ce¡sores, sino  que  el fué  quién primero  fi
           variación en su  posición  relativa.: Sin exis  jó  las  leyes  del  movimiento, «párente de
           tir entre ellos una unión sólida, parecía  im  los  planetas y  óónstr ufó tablas con  ayuda
                                                     "  de Jas cuales
           posible que  tantos miles de  cuerpos pudié-             podía 'calcularse  aquello&mo-
           sen recorrer  largas trayectorias  sin que  va  vimieiitos.  Hipareo siguió sosíeniendo la
           riasén sus  distapfeías  mutuas. En especial  teoría •de los movimientos epicíclicosi de
           era  muy  difiíil comprender  como giraban j  los planetas, que había- sido  ya establecida
           todos alrededor de mi  eje  común. En cam-  por Apoiomo ,230 años antes de  Cristo^  aún
           hio¿ suponiéndolas  a todas  fijas  sobre  rana  cuando  generalmente  se le da  ei :no¿ibre
           esfera sólida,  está dificultad desaparecía.  de  su  sucesor  Tolomeo,- posterior ten 300
           Unidamente los  planeta?  no podían  eneón-  [  años.*-? .;  '.■,;'.      ■  v ■<-.
           tararse en  aquella esfera, ya que  varía su   A  partir del  tiempo  de  Hipareo,  la evo
           posición respecto a las estrellas.—  -      lución dei concepto general de la eenstitu
             Esta idea del Cielo  en forma deresf'era \  ción del Universo o, del «Sistema deCMuh^
           quedó muy grabada   en la memoria de los  .»  do»  como  se te suele  llamar, presenta 3
           hombies. Tanto el sistema de Tolomeo eo-  ;  grandes' épocas, cada una de Jas cuáles se
           mo él de Copériueó, parten  de la  hipótesis  ,  distingue de las otras dos por  un sistema
           de  qué  el Universo: está construido efl for- í  completamente distinto de  principios; fun
           má' de esfera, y  aún Copérnieo  trató dé pro j  daméntales.—
           bar- la naturaleza dé la forma' esférica por ;  1) Sisfe|ma';íenoininádó de. TototwéO;  que
           medio de la analogía con una  gota,  de  agua. \  a decir verdad ..este fué enunciado  por  Hi
           Y así las huellas dé esta  hipótesis aparecen f  parco,  o  posiblemente por algúh otro as
                                                                                           "
           todavía hasta Kepler.—        i             trónomo  aún más    antiguo.  —     ■  ¡  ,-  ;
             Él  primero que abandonó el camino de        En este sisteráa la Tierra w> tiene móvi-
           la especulación y  trató de construir lití .sia-
           teftia sflbre la observación y  la  experien                (coiitiftúa  en Ja  página S.)
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