Page 97 - Boletín Ene Feb 2019
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rrestre habría llevado al observador a
una nueva posición a miles de kilóme-
tros de la original, aportando así la ma-
yor línea de base posible a la medición
del paralaje.
En tal sentido, la órbita muy elíptica
de Marte ayudaba, pues presentaba ca-
da 15 o 17 años oposiciones muy cerca-
nas a la Tierra, y precisamente en 1877
presentaría una oposición extremada-
mente favorable, cuando se acercaría a
un poco más de 56 millones de km de
nuestro planeta.
Figura 3. Fotografía de tránsito de Venus
de 1882.
Ese método había sido propuesto ya
en 1858 por George Airy, y se refería a
emplear el paralaje diurno de Marte
durante sus oposiciones. David Gill
(figura 4), un astrónomo de formación
propia nacido en Escocia, y participante
de la expedición a la isla Mauricio para
el tránsito de 1874, se dio cuenta de las
ventajas del método.
Éste requería de sólo un equipo de
observación, en un solo lugar, con sólo
un instrumento, y era repetible a lo lar-
go de muchas noches.
Se debía registrar la posición del pla-
neta contra el fondo estrellado cuando
aparecía por el este, y muchas horas
después cuando se ponía en el oeste,
tiempo durante el cual la rotación te- Figura 4. Sir David Gill.
ACHAYA 97 Ene — Feb 2019